PONENTE:
Dra Wanda Candal:
Coordinadora General (Buenos Aires) junto con la Hna Martha Pelloni (Goya Corrientes) de la Red Infancia Robada
Coordinadora del Área trata y drogas del SEDRONAR (Secretaría de Programación para la Prevención de la drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico).
Introducción
El delito de Trata de Personas
La Trata de Personas constituye una
violación a los derechos humanos más elementales. Es un problema global en el
mundo y comparte los primeros lugares en recaudación del crimen organizado,
junto al negocio de las armas y el narcotráfico.
Es una práctica delictiva llevada
adelante por organizaciones que, a través del engaño, amenazas a la víctima y a
su familia, o mediante cualquier otro ardid, captan y trasladan a personas con
el fin de explotarlas. En la medida que es un problema social que afecta
mayoritariamente a mujeres y niñas, forma parte de una de las formas en que se
vulneran sus derechos. La Trata de Personas es una de las formas más extremas que
adopta la violencia y las principales víctimas
de este delito son mujeres, niñas y niños, y hombres en situación de alta
vulnerabilidad.
Como toda práctica
perteneciente al crimen organizado, aparece muy extendida en el territorio
donde se desarrolla pero, al mismo tiempo, se presenta poco visible a los ojos
de la sociedad. Es decir, sabemos o suponemos que existe el problema de la
trata de personas en determinado lugar, pero permanece al mismo tiempo, oculto
en lo local; no se conoce con precisión su existencia y se dispone apenas de
información vaga, ambigua e imprecisa, lo que dificulta su abordaje.
Esta suerte de secreto,
oscuridad y clandestinidad es funcional al negocio criminal, ya que le
permite fortalecer su presencia sin
trabas. Estas circunstancias actúan en alianza con la situación de alta
vulnerabilidad social de ciertos sectores de la población y con la debilidad o
carencia de lazos sociales y -menos aún- de redes de ayuda, con lo cual su
invisibilidad se fortalece.
Por esta razón, es tarea de todos y
todas sensibilizar y promover su visibilización como un problema social
existente, no solo para conocer de qué hablamos cuando hablamos de trata sino,
fundamentalmente, para trabajar en su prevención y poder brindar en su caso, la
asistencia adecuada.
Entre los tipos de explotación que
pueden darse en la trata de personas se distinguen:
a.- La explotación sexual:
en este tipo de explotación humana, los datos arrojan que sus víctimas
mayoritarias son las mujeres, niñas, niños y adolescentes.
b.- La explotación laboral:
sus víctimas mayoritarias son niñas, mujeres y hombres, en situación de alta vulnerabilidad social.
c.- Extracción de órganos o
tejidos humanos: requiere de un escenario y organización delictiva específica
por el entramado que involucra (saber médico, utensilios y red específica)
Explotación Sexual
En el caso de la explotación sexual se deben trabajar formas, acciones, estrategias
que tiendan a detener la demanda y no naturalicen el delito. Así, el
Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 936/2011, que prohíbe la oferta sexual
en medios de difusión masiva, es una acción de gobierno en ese sentido ya que
se refiere a las formas y acciones que propician la explotación sexual
presentándola como natural.
La Trata de Personas con
fines de explotación sexual y la prostitución son temas sin duda íntimamente
vinculados en nuestro país y en el mundo, vinculaciones no siempre claras y de
difícil clasificación; pero siempre referidas a violencia contra las mujeres:
Cualquier forma de explotación sexual persistirá, mientras haya demanda de
cuerpos de mujeres en la calle o en locales, a cambio de dinero.
Siendo que Argentina penaliza la explotación sexual-comercial, se entiende con ello a la prostitución como una de las
formas de violencia hacia las mujeres basada en las relaciones de
subordinación.
1.2- Explotación laboral
En
la explotación laboral, la situación de alta vulnerabilidad social es la
circunstancia fundamental para la captación.
En
el caso de los migrantes, se observan captaciones del grupo familiar nuclear
completo con fines de explotación laboral, para
ser utilizados en condiciones infrahumanas en talleres textiles y ámbitos
rurales. Estas circunstancias requieren de controles e inspecciones frecuentes
y severas ya que la invisibilidad de las
personas migrantes (sin papeles, a menudo con entradas ilegales al país, entre
otras situaciones), configuran un contexto de mayor indefensión para poder
pedir ayuda.
En
el caso de personas migrantes, la Ley Nacional de Migraciones 25.871 establece
que:
Las personas migrantes son por su
propia condición de extranjeros vulnerados frecuentemente en sus derechos y
esto se suma a la fragilidad intrínseca que ya poseen por su misma condición de
migrantes. Estas circunstancias son muchas veces aprovechadas por los
perpetradores para lograr sus fines de explotación laboral y sexual.
En
muchos casos también, la explotación laboral misma convive con situaciones de
Trata de Personas con fines sexuales. Por ello, es importante vincular ambos
aspectos tanto para las tareas de prevención como a la hora de pensar en
medidas de abordaje para la asistencia.
Explotación para extracción
de órganos y tejidos humanos
Si bien este tipo de
explotación es el menos registrado y revisado en escritos y estudios sobre el
tema, es necesario saber que se trata de una práctica que existe y, por lo
tanto, es preciso desarrollar alertas y medidas de prevención.
Para ello, es fundamental la
visibilización del tema. Las acciones
de prevención deberían dirigirse entonces,
a construir hábitos de acompañamiento de familiares y personas de confianza en
consultas y tratamientos médicos y valorar la importancia de brindar
información a la comunidad sobre centros asistenciales así como promover el
diálogo entre la comunidad y sus referentes sanitarios.
La
perspectiva de género en la comprensión del problema de Trata de Personas
Como surge de los datos que
arrojan las estadísticas en el tema a nivel nacional, regional y mundial, la
trata de personas es un problema social que afecta en forma mayoritaria a
mujeres y niñas; por lo tanto, es necesario realizar una mirada y abordaje
desde la perspectiva de los derechos de las mujeres, niñas, niños y
adolescentes, como grupos específicos de alta vulnerabilidad, los que requieren
el despliegue de políticas públicas concretas para su protección que hagan
posible el ejercicio de sus derechos.
En primer lugar, debemos
entender a la trata de personas como un problema social, llevado adelante por
organizaciones de personas que lucran con la explotación humana.
Sin embargo, siendo que la
mayoría de sus víctimas son mujeres, esto nos obliga a revisar muchas de las
cuestiones de género.
De algún modo, la
organización criminal se sirve -para construir- y utiliza -para sostenerse-
muchos de los argumentos de discriminación contra las mujeres que se encuentran
naturalizados en la sociedad, favoreciendo así, un circuito criminal basado en
argumentos falsos.
El hecho que la mayoría de las
víctimas de trata de personas sean mujeres, niñas y niños responde al sistema
machista y patriarcal imperante en el mundo entero; en que las mujeres, niñas y
niños están colocadas/os en una estructura familiar y social cargada de
estereotipos, prejuicios, postergaciones y con desigualdad en el ejercicio de
los derechos, produciendo situaciones de injusticia
constantes.
Vemos en forma cotidiana
prácticas acuñadas y defendidas como “costumbres sin cuestionamientos”, el
desempeño de roles desiguales, en los que los espacios para mujeres y niñas
están signados a menudo por la violencia que propone el sistema de
subordinación patriarcal. A modo de ejemplo, podemos ver cómo una mujer que
llega a la policía denunciando a su pareja golpeador que la hirió, tiene que
soportar, la mayoría de las veces, ser sometida a un largo interrogatorio
cargado de opiniones prejuiciosas, tales como: “¿Qué hiciste para que se
enoje?, “Si es la primera vez que lo hace, ¿Por qué no te vas de tu casa?”, “Si
lo perdonás siempre y… ¿Cuánto tardás en hacerlo?”, todo ello, en lugar de que
los resortes de asistencia se activen de inmediato.
Es por ello, que un abordaje de
promoción de la salud y prevención en este tema no puede dejar de trabajar en
la deconstrucción o desnaturalización del desempeño de aquellos roles sociales desiguales entre
hombres y mujeres en una comunidad, construidos y asentados con prácticas
naturalizadas y lenguaje machista .
En este sentido, la existencia de
regulaciones y legislaciones de protección como la Ley de cupo (Ley 24012),
para garantizar la participación en cargos públicos de las mujeres, la Ley
contra la Trata de Personas (Ley 26364) y la Ley de protección integral de
violencia contra las mujeres (Ley 26485), responden claramente a un movimiento
hacia la garantía del ejercicio de los
derechos de las mujeres y su presencia y ocupación del espacio público, su promoción
y participación en el diseño de políticas que protejan a las niñas y mujeres en
forma especial, atendiendo a la alta vulnerabilidad por su rol de género y
condición social específica.
Mas clasificaciones para el delito de Trata de personas
Otro modo de clasificar el
delito de Trata de Personas es considerarlo de acuerdo a la etapa (del delito)
que se desarrolla en el territorio involucrado. Así, podemos definir que un
Estado puede tener trata de origen, de
tránsito y/o de destino.
En nuestro país se registran las tres etapas de la Trata
de Personas:
·
la captación de las víctimas
con fines de trata (Trata de origen);
·
la preparación
(“ablandamiento” de las víctimas) para una explotación en otro país (Trata de
tránsito) y, además,
·
la explotación humana (Trata
de destino).
Otra clasificación posible es definir la explotación de
acuerdo con los estados involucrados: existe Trata /Trasnacional cuando está
involucrado más de un estado en su desarrollo( como ejemplo: niña-mujer es captada en Paraguay para ser
explotada en Buenos Aires) y Trata
Interna cuando la perpetración de la explotación humana se produce dentro de
distintas regiones de un mismo
país.(niña-mujer es captada en la región noreste de nuestro país para ser explotada en la región
centro)
En nuestro país son reconocibles corredores de la Trata o rutas
de explotación y traslado de las víctimas de Trata de Personas: las regiones
del Noreste y del Noroeste argentino (NEA y NOA, respectivamente) aparecen
mayormente como lugares de entrada, reclutamiento y/o captación de víctimas de
explotación sexual y laboral, mientras que la zona del centro, costa atlántica
y sur del país son los destinos principales de explotación. Acompañando esta
suerte de división, existen períodos definidos de circulación por corredores
van de veinte a treinta y cuarenta días aproximadamente. De este modo, los
criminales sostienen su negocio ágil y aceitado, ganando en impunidad.
En cuanto a la Trata
Trasnacional en la que se ve involucrado también nuestro país, muchas víctimas
captadas en países limítrofes ingresan por la región del NEA, a través de los
pasos fronterizos de las provincias de Misiones, Formosa, Corrientes, Chaco y
Entre Ríos. Otro tanto, lo hace a través de los pasos fronterizos del NOA, utilizando
como entrada las provincias de Salta y Jujuy.
Consecuencias de la trata de
Personas para la salud de las víctimas
Las personas que han sido
víctimas de explotación sexual o laboral, son personas que han sido sometidas a
violencia generalizada. En general, han recibido golpes, han sido inducidas al
consumo de drogas como medio de captación y/o sometimiento, han sufrido
violaciones sistemáticas y encierro y, muchas veces, sostienen una construcción
psíquica de certeza de no tener salida a esa situación, o aún, llegan a pensar
que la merecen.
El elemento, instrumento
“droga” es un íntimo y generalizado componente de la perpetración de la “Trata
de Personas”. Son habituales en los relatos de las víctimas su mención y la
etapa en la que aparece obedece a las características de los diferentes
lugares: es así que en algunos casos y cuando la promesa de un trabajo es
suficiente para la captación, ingresa la droga para mantener a la víctima en el
sometimiento (cocaína, pastillas y alcohol, etc).
En otros y cuando, por
ejemplo, no es posible el “cuento engañoso” para lograr la captación,
observamos que el elemento droga aparece acercando a la persona a la droga
hasta convertirla en adicta para, desde allí reclutarla con fines de tata de
personas.
La pérdida absoluta de la
autoestima lleva a situaciones de falta de sentido de su situación de personas.
La cosificación penetra en la víctima de tal forma, que es ella la que asume un
comportamiento robótico, probablemente como mecanismo de defensa que permite
sobrellevar la explotación sufrida a cada momento. Como consecuencia de este
estado se produce un quiebre y una ruptura con su medio de tal magnitud, que
hace impensable -por las situaciones vividas a diario- la vuelta a casa, a su
centro de vida, o la posibilidad de escapar
de esa situación y reconstruirse en otro espacio.
Se destruye así, la
capacidad de construcción de un proyecto de vida, pues la enajenación que opera
sobre la víctima hace que permanezca en ese
estado de confusión.
El sometimiento opera de tal
manera en el deterioro de la autoestima de la víctima que, muchas veces, esta
construye como única salida una “no salida”; permaneciendo
en el ambiente en el que fue explotada. En esta condición, muchas veces, la
organización criminal convierte a víctimas
en nuevas reclutadoras y/o regenteadoras, por ejemplo, del negocio
sexual-comercial o la explotación laboral.
Un
abordaje posible para prevenir
El delito de Trata de
Personas es muy grave y generalmente muy poco visible. Esta suerte de silencio,
sospecha y oscuridad acerca del destino corrido por la víctima, sumado a la
división de las tareas en el proceso que conduce a la explotación es promovida
y utilizada por las organizaciones criminales para no ser alcanzadas por la
justicia.
Por todo ello, los abordajes
preventivos deben insistir en visibilizar los mecanismos habituales que
utilizan estas organizaciones y hablar lo más claramente posible del problema.
Con todas las poblaciones,
pero sobre todo, en las comunidades particularmente vulnerables que se
encuentran en las zonas de reclutamiento y/o tránsito se debe hacer pública la
información acerca de este problema y se debe advertir a la población respecto
de los métodos habituales de victimización.
Esta tarea debe ir
acompañada de otra, que permita la valorización de la vida de cada integrante
en la familia y la sociedad y el empoderamiento de aquellos que se encuentran
en condiciones de vulnerabilidad (mujeres, adolescentes, niñas y niños, trabajadores
precarizados y migrantes).
Una sugerencia útil para
abordar el empoderamiento de las personas en relación a sus derechos que ayude
a prevenir la trata de personas es, como primera medida, que todos y todas
podamos hablar de este tema como una realidad que sucede a nuestro lado; que se
encuentra invisibilizada y de la que debemos como sociedad tomar nota.
Para realizar un abordaje
preventivo se deben tener en cuenta las características más comunes de las
víctimas, aquellas que las hacen particularmente vulnerables para caer en las
redes de la Trata de Personas. Allí es donde construir herramientas, alertas,
para fortalecer y ayudar, antes que se consume la explotación.
Las tareas de
sensibilización deben contemplar como destinatarias/os principales a la
población más vulnerable: niñas, niños y adolescentes, mujeres, migrantes.
La promoción de la salud y
la prevención en este tema requiere abordar, sobre todo con los grupos más
vulnerables, de adolescentes y mujeres jóvenes en general, que es imperioso
consultar en familia y/o con personas de confianza, antes de tomar decisiones
importantes. Para esto, definir qué es o sería una decisión importante que
merecería ser compartida, con más razón si esta involucra, por ejemplo, el
ofrecimiento de un trabajo por el que debería mudarme a otra ciudad o país.
Poner énfasis en que es preciso tomarse tiempo para pensar, pedir referencias y
dejarse aconsejar ante propuestas de trabajo.
-
Uno de los temas que debemos
conversar y trabajar con la comunidad, acordar y promover es acerca de la
inconveniencia de concurrir sola/o a ofrecimientos laborales rápidos y
tentadores, evitando, de esta manera, caer en una trampa para reclutar a una
futura víctima.
Es importante, además, que
cada región construya sus herramientas de información y prevención respondiendo
a las necesidades del territorio, para potenciar las estrategias de acuerdo con
el escenario en el que se encuentren y sirvan para las diferentes realidades
que se podrían dar a nivel local.
Para
realizar un abordaje preventivo- que incluye la sensibilización- es muy
importante, además, tener en cuenta las características más comunes de las
víctimas que las hacen particularmente vulnerables para caer en las redes de la
trata. Allí es donde el equipo de salud debe estar alerta, para tomar
precauciones y ayudar antes que se consuma la explotación
A modo de cierre:
Tenemos derecho a soñar con un mundo sin
prostitución, sin explotación, sin opresión ni discriminación. En ese recorrido
es imprescindible que pensemos en la construcción de herramientas y nuevos
abordajes colectivos para el problema de la trata de personas y para todas las formas de violencia hacia las
mujeres, niñas y niños; que construyamos prácticas de convivencia en igualdad y
que cada mujer, cada niña sea percibida y pueda vivir como sujeta de derechos.
La lucha contra la trata de personas debiera, además, involucrar
a toda la sociedad, que debe estar sensibilizada, dispuesta e informada a la
hora de generar una red de articulación y atención que la temática requiere.
. Esperando que podamos socialmente ampliar la
mirada para que en el barrio o comunidad hagamos visible la trata de personas
en su existencia y desarrollo, cooperaremos sin duda en la prevención y
erradicación.