Presentación en Power point:
Marta Fontenla - Marcela D´Angelo
Marta Fontenla
Integrante de la agrupación feminista Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer (ATEM) “25 de Noviembre”, que a su vez forma parte de la Campaña Abolicionista “Ni una Mujer Más Víctima de las Redes de Prostitución”. Integra la Comisión de Redacción de la revista feminista “Brujas” y ha publicado artículos en revistas argentinas y de otros países.
Marcela D´Angelo
Feminista, integrante del Seminario de DDHH con perspectiva de género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA que a su vez forma parte de la Campaña Abolicionista “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución”.
La industria de la pornografía es la plataforma de lanzamiento para la actual normalización de la Industria del sexo en occidente.
Sheila Jeffreys “La Industria de la vagina”
Hemos querido intervenir en estas Jornadas Abolicionistas con una ponencia sobre pornografía porque queremos exponer los problemas que implica, para el conjunto social, que esta práctica política basada en el poder y en la violencia de los varones, sea normalizada cada vez con más fuerza y sea “explicada” como una opción de “libertad sexual”.
Las bases de la pornografía se sostienen en la cultura patriarcal que crea una sexualidad con poder masculino y subordinación femenina. Es violencia, es acostumbramiento a la violencia, convierte en deseable la violencia y la explotación sexual, es generadora de prostituyentes (mal llamado “cliente”) .
Desde el feminismo que se opone a la pornografía podemos nombrar a Kathleen Barry que la describió como propaganda del desprecio a las mujeres (1979) y Catharine Mac-Kinnon que expresa que la pornografía es una práctica política que subordina a las mujeres y constituye la base para la “Industria” de la prostitución y el imperdible libro “La Industria de la vagina” de Sheila Jeffreys con una visión radical sobre este tema. Sumamos nuestras voces a todas ellas y muchas más que consideran que todas las mujeres merecemos tener el derecho al placer. En este trabajo recogemos sus reflexiones.
La exposición a la pornografía aumenta la intensión del varón de agredir a la mujer, al mismo tiempo aumenta la deshumanización y la objetivación de las mujeres. La defensa de la pornografía como “liberación sexual”, como expresión de libertad de no censura, es una defensa del terrorismo sexual y de la subordinación de las mujeres.
La tecnología la hace más fácilmente accesible y se extiende adoptando modalidades diferentes: internet, sexo telefónico, películas porno, clubes, programas de televisión que exhiben “pornografía blanda”, todas estas formas son de alta recaudación y toda esta recaudación va a manos de las grandes corporaciones que explotan cuerpos vulnerables por pobreza, violencia, poder o sumisión. Sus víctimas no tienen valoración social, cultural ni dimensión humana. NO la tienen para los que explotan sus cuerpos, No la tienen para los que consumen los productos realizados con violencia y degradación explícita sobre sus cuerpos. Los daños a las víctimas son conocidos, ha habido relatos de reconocidas figuras-víctimas de cine porno, relatos que no son tomados en cuenta, no importan, no existen ya que son dichos por “cosas” y las “cosas” no tienen derechos.
Son tantos los millones que obtienen los gerenciadores de la Industria de la pornografía que no pueden competir con ellos ni Microsof, ni Google , ni ABC, ni NBC, ni CBS y habría que sumar las ganancias de muchas de ellas para alcanzar cifras comparables.
Esto hace que la pornografía sea vista como un “negocio” deseable (para los explotadores) y entonces deban invertir abundantes fondos para el apoyo y defensa de la pornografía, al igual que lo que sucede con el apoyo de la prostitución como “trabajo sexual”. Así los financiamientos van a parar a las arcas de quienes defienden estas posiciones pro pornografía en todos los ámbitos: medios de comunicación, academia, ONG, etc. Se va conformando una naturalización sobre el modelo de sexualidad impuesto por el patriarcado y esto se supone inamovible. Todo intento de activismo en contra la violencia de la explotación de cuerpos a través de la pornografía es tildada de “represión de la sexualidad”.
Este aumento del consumo de pornografía acrecienta las violencia hacia las mujeres niñas/os, las violaciones, fomenta el consumo de prostitución e incrementa la trata de mujeres niñas/os.
La pornografía forma parte del Sistema Prostituyente.
En esta presentación, que vamos a ver a continuación, mostramos las tremendas imágenes y los principales conceptos que conforman las representaciones del mundo pornográfico, que tienen a las mujeres, niñas/os como víctimas principales y a los varones como consumidores centrales.
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